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lunes, 30 de enero de 2012

Fernando VI, un rey español con trágico final.

      Fernando VI nació en 1713, era hijo de Felipe V y de su primera mujer la princesa italiana María Luisa Gabriela de Saboya. Fue el cuarto y ultimo hijo de la pareja. Su madre murió unos meses después de darle a luz. A los seis meses de enviudar su padre se volvió a casar con otra princesa italiana, la elegida fue Isabel de Farnesio, mujer fuerte, resolutiva y de desmedida ambición que le dio siete hijos mas. En  principio, Fernando no estaba destinado a reinar pero de sus tres hermanos dos murieron en la infancia y su hermano mayor, Luis fue rey solamente siete meses en 1724, ya que murió prematuramente aquejado por la viruela, una enfermedad que hacía estragos en la época. Así que nuestro protagonista se convirtió en príncipe de Asturias con once años, siendo huérfano de madre, con todos sus hermanos de padre y madre muertos y rodeado de hermanastros que no paraban de nacer. Estos acontecimientos marcaron su carácter de por vida convirtiéndole en  una persona tímida  y solitaria.
          El día a día en la Corte estaba presidido por una rigurosa etiqueta, los príncipes no tenían un contacto constante con  sus padres. Al nacer eran entregados a nodrizas para que los criaran y luego a ayos para que los educaran. Los reyes eran reyes aunque fueran los propios padres, estaban en otra esfera. Sus bodas eran concertadas, a veces cuando eran niños, con el fin de realizar ventajosas alianzas internacionales. Aunque Fernando era todavía un adolescente resultaba necesario buscarle una esposa (príncipes y princesas solían contraer matrimonio muy jóvenes). La  elegida fue Bárbara de Braganza, hija de Juan V de Portugal. La princesa era muy poco agraciada físicamente, tanto era así, que cuando la Corte española pidió un retrato suyo, como era costumbre antes de los esponsales, mandaron una pintura  que no se parecía en nada a ella. Bárbara había quedado muy marcada por la viruela y además de ser fea era muy gorda, por lo que su presencia debía ser bastante contundente.
Jean Ranc. Fernando VI. 1731. Museo Naval.
Jean Ranc. Fernando VI. 1731. Museo Naval.
          La ceremonia matrimonial se celebró en Badajoz en 1729. Se escogió ese enclave porque era la ciudad española mas cercana a Portugal pero no se pensó que era una ciudad pobre y por tanto no preparada para recibir con el agasajo que merecían tan ilustres visitantes. La novia dos años mayor que su prometido, apareció repleta de joyas y tanto la corte española como la portuguesa echaron el resto.
          Bárbara estaba muy preparada intelectualmente, hablaba varios idiomas y tocaba el clave. Su maestro de música fue nada menos que Scarlatti. Cuando se convirtió en  reina  protegió a Farinelli, el célebre castrato italiano de voz prodigiosa que había sido llamado a la Corte española por su odiada suegra. Durante los largos años que pasaron siendo príncipes de Asturias, incluso fueron en ocasiones  apartados de la Corte no pudiendo realizar actividades en público. Al subir al trono cambiaron las tornas e invitaron a la reina viuda a abandonar la Corte para  retirarse a su palacio de La Granja de San Ildefonso.
          Bárbara y Fernando terminaron sus vidas de forma trágica, ella murió de cáncer de útero. Los médicos atestiguaron que  tenía el abdomen  lleno de tumores, algunos del tamaño de un huevo.  La reina había sido querida por su pueblo pero su testamento fue considerado un ultraje ( teniendo en cuenta  que la dote que había entregado no fue muy cuantiosa) ya que dejó la práctica totalidad de su fortuna, unos siete millones de reales, a su hermano el infante de Portugal Don Pedro. Corrieron pasquines criticándola duramente, tachándola de estéril y avariciosa.
          Con su marido no fue muy generosa ya que simplemente le dejó algunas joyas y una imagen de la Concepción que tenía al lado de su cama. Se cuenta que una vez muerta encontraron debajo de su cama un montón de dinero guardado. Para el rey quedarse viudo fue una tragedia, la pareja (a pesar de ser un matrimonio de conveniencia como lo eran todos en las familias reales) se quería sinceramente y estaba muy unida tal vez porque nunca se habían sentido queridos desde pequeños.
Jean Ranc. Bárbara de Braganza. Museo del Prado.
Jean Ranc. Bárbara de Braganza. Museo del Prado.
          Fernando se retiró al castillo de Villaviciosa de Odón, donde nada le recordaría a ella.  Se abandonó totalmente, no consentía en lavarse ni en comer, su aspecto debía ser lamentable. Intentó el suicido en varias ocasiones y era presa de ataques de ira maltratando a las personas que le servían, incluso llegó a hacerse el muerto. Dejó de dormir en la cama para hacerlo en una silla. En definitiva, un comportamiento absolutamente disparatado.  Lo mas probable es que tuviera un cuadro maniaco-depresivo con ataques de epilepsia. Después de un terrible año, en el que no consistió en salir de la prisión que el mismo se había impuesto, falleció con cuarenta y cinco años dejando heredero a su hermanastro el futuro Carlos III. Isabel de Farnesio había triunfado consiguiendo que su hijo llegara a rey de España.

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