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lunes, 27 de febrero de 2012

Nuevo edificio del colegio de arquitectos

Nueva vida para Justicia

Con la inauguración de la nueva sede del COAM el miércoles 29 de febrero de 2012, tras la remodelación de las antiguas Escuelas Pías, este barrio histórico continúa su revitalización.

El proceso culminará en 2013 con la apertura del Centro de Barceló.


Las antiguas Escuelas Pías, en la calle de Hortaleza, 63, cerca de la casa donde tenía su imprenta Benito Pérez Galdós, eran hasta 2005 un edificio deshabitado, silencioso y rodeado de andamios, que imponía una cierta atmósfera sombría a la calle. Han pasado 12 años y, después de una profunda reforma integral de su espacio interior, conservando la morfología de la fachada, comienza una nueva vida cuando el miércoles traslade allí su sede el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM). Poco a poco, hasta finales de verano, se irán incorporando el resto de servicios, como la escuela de música, el centro de día o las piscinas. La apertura de este edificio abre nuevos espacios públicos a un barrio, el de Justicia, que se ancla en la tradición del Madrid de finales del siglo XIX.
Tres edificaciones más se unen a esta transformación. Barceló no será únicamente un mercado. Es solo el origen de un proyecto más ambicioso. En torno a él se creará una biblioteca, instalaciones deportivas y una terraza en la cubierta. El mercado de San Antón, en la calle de Augusto Figueroa lleva meses saboreando el éxito entre vecinos y visitantes. Por último, se une a esta nueva trama urbana la Escuela de Arte Dramático, el albergue y guardería municipal situados en un edificio en Mejía Lequerica, 21.
Este barrio es un ensayo de las nuevas tendencias en la arquitectura y urbanismo orientadas, por razones que todos sabemos, más que a la construcción de obra nueva, a intervenciones sobre edificios ya existentes para dotarles de nuevos usos. Y esto está pasando en un entorno que quiere por encima de todo preservar su identidad, aunque algunas críticas indiquen que no siempre se consigue.
Detalle de la fachada del edificio remozado.
“Esta no es una operación aislada, sino que se encuadra dentro de la política urbanística de las dos últimas legislaturas de revitalizar el centro histórico como han hecho las grandes capitales europeas, que han intervenido en centros históricos por estar degradados o por la propia expulsión de los habitantes en los procesos del siglo XX”, explica José Luis Infanzón, arquitecto y director del Plan de Ordenación Urbana, curtido en las grandes transformaciones urbanísticas de Madrid de los últimos años, como la del barrio de los Austrias o Madrid-Río.


Con estas operaciones se persigue el impulso económico de la zona, que sea sostenible, que ayude a la cohesión territorial y que sea compatible con la calidad de vida de los ciudadanos. Y algo que a veces es difícil de conseguir, según el director del plan: “Como toda capital con atracción turística debe de aumentar ese atractivo exterior compatibilizándolo con dar servicios a sus habitantes y hacerles la vida más agradable. El barrio de Justicia es un ejemplo claro, como lo es el de las Letras o Lavapiés”.
El proceso de las obras suele ser largo y penoso para el vecindario y, cómo no, objeto de críticas. Infanzón lo da por sentado y lo sobrelleva inspirándose en una frase de Oscar Wilde: “No conozco el secreto del éxito, pero sí el del fracaso, intentar contentar a todo el mundo”. “Llevo muchos años en espacios públicos y es imposible, pero una vez que se han visto los beneficios, los ciudadanos suelen olvidar rápidamente las penurias. Ha pasado en Madrid-Río, que ha acabado con la degradación de los distritos colindantes y con los 150.000 vehículos que pasaban todos los días por delante de sus casas. O los vecinos del COAM, que han pasado de tener delante un edificio abandonado a otro de este nivel con piscina en el centro de la ciudad”.
La Asociación de Vecinos del Barrio de Justicia le da la razón en casi todo. “Teniendo en cuenta que desde 1997 llevamos pidiendo estos cambios, estamos muy satisfechos y los vecinos en general están contentos, sobre todo, los que conocen los planes. Pero siempre habrá algo de polémica por la estética”, razona su presidente, José Carlos Nicolau. “Pero sí, tenemos ya casi todo”, admite. Casi todo. Porque hay algo que lo dan por imposible: “La regulación del ocio nocturno, la selva que es y la imposibilidad de controlarlo, aunque algo se haya mejorado”.
Los próximos inquilinos del edificio de las Escuelas Pías, que estos días están en plena mudanza, ven todo ventajas en el traslado. “Es una nueva forma de vivir la arquitectura, abierta y transparente, de participación con los ciudadanos, de reflexionar sobre la calidad de vida, la movilidad o las actividades económicas”, celebra José Antonio Granero, decano del COAM. “Y esto se ve en el nuevo edificio que no tiene pasillos, sino espacios que se unen y usos que se mezclan”.
Concebido como un gran centro revitalizador de la ciudad, y localizado entre los barrios de Chueca, Malasaña y Chamberí, el proyecto del arquitecto Gonzalo Moure ocupa 20.000 metros cuadrados, de los cuales 12.000 serán la sede de los arquitectos, que albergará la fundación, el Museo Nacional de Arquitectura, sala de exposiciones, biblioteca y tienda. Los 8.000 restantes, cuya construcción y equipamientos corren a cargo del COAM a cambio del uso del edificio durante 75 años, acogerá distintos equipamientos municipales: escuela infantil, escuela de música, centro de día para mayores, piscinas públicas, restaurante, terraza y aparcamiento con 466 plazas para la venta y de rotación. El coste del proyecto es de 37 millones de euros. Un jardín interior con dos magnolios, abierto al público, presidirá, según la definición del decano, esta “pequeña ciudad dentro de la ciudad”. A él le tocará inaugurarla. Pero cabe recordar que se gestó con los dos decanos que le han precedido, Ricardo Aroca y Paloma Sobrini.
A poca distancia, otra pequeña ciudad con múltiples usos está gestándose. A este proyecto, quizás el último gran proyecto de la época dorada, se le conoce popularmente como “el mercado de Barceló”, pero la denominación se queda corta puesto que (solo) ocupa un tercio de los 38.695 metros cuadrados de superficie construida. El mercado, que tendrá 12.645 metros cuadrados, es el impulsor de esta operación que se realiza sobre otro mercado ya existente (y que ahora sigue activo en uno temporal) y con unos comerciantes que llevaban mucho tiempo establecidos. El nuevo tendrá dos plantas más. De cuatro, las tres primeras se destinarán a los puestos (en torno a 100) y la última para distintos usos del Ayuntamiento. Una gran novedad. La cubierta del mercado será una terraza pública. “Queríamos recuperar las plazas elevadas, que no son tan habituales en Madrid, como la del Círculo de Bellas Artes”, explica Fuensanta Nieto, autora del proyecto junto a Enrique Sobejano. Al lado del mercado, irá un polideportivo pensado como una gran ventana que se asoma a la ciudad, con un voladizo que cubre parte del café y la terraza. Con 2.800 metros cuadrados contará con una gran sala de deportes y otra para gimnasia.
El tercer elemento del futuro Centro Barceló es una gran biblioteca, que supone además el triunfo de la voluntad ciudadana (y un gran alivio para los arquitectos), que logró frenar el conjunto de viviendas que se contemplaba en ese privilegiado espacio de 3.000 metros cuadrados. La biblioteca, situada al lado del colegio ya existente, está previsto que se termine en septiembre. Y el final de la obra, presupuestada en 44 millones de euros, a principios de 2013. Y contará con un aparcamiento con capacidad para 582 plazas previstas, en principio, para la venta. Otro dato importante. La calle de la Beneficencia, estrecha y larga, que comunica con la muy comercial Fuencarral será peatonal y se ensancharán las aceras de Mejía Lequerica.
Una duda sobrevuela: si este gran proyecto llegará a su fin en estos tiempos de incertidumbre. Los arquitectos eso esperan. Mientras, la vida continúa y este nuevo centro persigue colaborar en hacerla más habitable.

Fuente: M. José Díaz de Tuesta (Diario El País)


INFORME DEL C.O.A.M.


NUEVA SEDE – NUEVOS ESPACIOS – NUEVOS SERVICIOS



NUEVA SEDE – NUEVOS ESPACIOS – NUEVOS SERVICIOS

El proyecto de la Nueva Sede en el edificio de las antiguan Escuelas Pías de San Antón (C/ Hortaleza, 63) se abre hacia otras organizaciones y empresas interesadas en el alquiler de los espacios y el uso de los servicios que se ofrecen (alquiler de oficinas, uso de infraestructuras comunes, uso de servicios comunes, etc.) a través de su futuro Centro Profesional.
El Centro Profesional, se convierte en una excelente plataforma para el futuro de las organizaciones y colegios profesionales que quieran implantarse en el, dado que este tipo de cambios y mudanzas siempre introducen “frescor” en las organizaciones, además de que se dispondrá de espacios desde donde se desarrolle su actividad con mayor dignidad, mostrándose, frente a sus clientes, frente a sus colegiados y frente a la sociedad, una imagen moderna y renovada, y donde se puedan poner en marcha iniciativas de valor para todos.
El uso de las infraestructuras comunes del Centro Profesional permite a dichas organizaciones y colegios convertir parte de sus espacios actuales que usan de manera temporal (aulas de formación, salas de reunión, etc.) en costes variables. Además de ofrecer, a sus clientes y colegiados, el desarrollo de todas sus actividades en la misma sede social de la organización (jornadas, cursos, congresos, etc.)
La localización del edificio en las antiguas Escuelas Pías de San Antón, en la calle Hortaleza esquina a Santa Brígida resulta único al disponer de un espacio de 12.000 m2 de oficinas modernas (arquitectónicamente y tecnológicamente) y 120 plazas de aparcamiento en esta localización.
- Descargar documentación


Vista desde la nueva sede del Colegio de Arquitectos, en el edificio de las Escuelas Pías. / Foto: BERNARDO PÉREZ


LA NUEVA SEDE DEL COAM RECUPERA PATRIMONIO HISTÓRICO
ARTÍSTICO DE LA CIUDAD.
Las antiguas Escuelas Pías de San Antón albergarán la nueva sede del
Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). La rehabilitación de ese
conjunto arquitectónico, situado en pleno centro de la ciudad, en la calle
Hortaleza 63, delimitada por las calles Farmacia y Santa Brígida, permitirá la
recuperación de una joya del patrimonio histórico artístico de la ciudad.
Todo el conjunto se ordena alrededor de un jardín, (jardín de San Antón), al
que se llega directamente desde dos accesos practicados en las calles
laterales y a través del zaguán de acceso al Colegio Oficial de Arquitectos de
Madrid que da su frente a la calle Hortaleza. En el conjunto se integra la Iglesia
de San Antón, con la sacristía y la antesacristía que gozan de especial
protección por haber sido declarados Bien de Interés Cultural por la Comunidad
de Madrid.
Las dependencias del Colegio Oficial de Arquitectos y su Centro de
Documentación de Arquitectura ocuparán una superficie de 12.300 m2 sobre
rasante que se desarrollan en 4 plantas y una entreplanta, todas ellas
apoyadas sobre la esquina de Hortaleza con Santa Brígida.
A la calle Farmacia dará frente una Escuela de Música Infantil de
aproximadamente 2.242 m2 construidos y en el edificio medianero se ubicarán
el resto de los equipamientos Municipales: una Escuela Infantil, un Centro de
Día, un Centro de Mayores y un Equipamiento Deportivo con piscina cubierta
que totalizarán más de 5.300 m2 construidos.
Bajo rasante 4 plantas destinadas fundamentalmente a aparcamientos
albergarán 120 plazas correspondientes a la dotación del COAM, 80 a la
dotación del Ayuntamiento y 266 para residentes.
En total más de 35.000 m2 construidos que representarán sin lugar a dudas un
conjunto de referencia de carácter corporativo e institucional, expresión de la
voluntad del Ayuntamiento de Madrid y del Colegio Oficial de Arquitectos de
rehabilitar el casco histórico de la capital.
El conjunto de la obra se prevé que esté finalizado a finales del 2010.
La historia:
Construidas en el XVIII, las Escuelas Pías de San Antón integraban el antiguo
colegio de los Escolapios y la iglesia de San Antón, que se situó en esta zona
de Madrid por voluntad del rey Carlos IV. Antes de pertenecer a la Orden
fundada por San José de Calasanz, ese edificio fue un hospital para atender
los estragos que causaban las epidemias en el siglo XVI. Dirigido por la Orden
de San Antonio Abad, los religiosos permanecieron allí hasta agosto de 1787,
cuando la Orden fue suprimida por el Papa Pío VI.
Los padres escolapios, que sucesivamente habían sido trasladados primero a
la calle Hortaleza y más tarde a la de Fuencarral, solicitaron que les fuera
otorgado aquel antiguo hospital. El rector escolapio Hipólito Lerén tomó
posesión de la casa el 5 de julio del 1794. A partir de entonces, se
denominarón Escuelas Pías de San Antón.
Lo más interesante del edificio es la iglesia, realizado a mediados del siglo
XVIII por el arquitecto Pedro de Ribera. El interior es barroco pero, tras ser
adquirido por los escolapios, todo el conjunto fue objeto de una profunda
reforma, llevada a cabo por el arquitecto Francisco Rivas. Los nuevos tintes
neoclásicos que adquirió el edificio se hicieron a costa de eliminar las
decoraciones barrocas que había realizado Ribera, sobre todo en la fachada y
en el altar mayor. Pero el cambio de estilo no afectó a la planta de la iglesia,
de dinámicas superficies curvas, próxima a la arquitectura de Guarino Guarin,
que se anticipa a las iglesias de San Miguel, de Santiago Bonavía, y de San
Marcos, de Ventura Rodríguez.
Cuando se reformó la escuela, se respetó en todo momento la fuente situada
en la esquina, obra de Ventura Rodríguez, conocida como Fuente de los
Galápagos. En 1900 fueron reemplazadas las antiguas tortugas por delfines,
pero se conservó el almohadillado, los restos del pilón semicircular y la cartela
con la inscripción fundacional.
El conjunto sufrió numerosas reformas y restauraciones; incluso ampliaciones
al incorporar solares colindantes. Pero la intervención que más le afectó se
produjo en 1936, con el inicio de la guerra civil, al transformarse en la Cárcel
de San Antón. Sólo la iglesia y la sacristía quedaron a salvo. Al término de la
guerra, se recuperó su uso escolar hasta 1989, cuando el deterioro de las
edificaciones obligó a su clausura y al cambio de propiedad.
Cabe destacar que en uno de los altares laterales de la iglesia estuvo el
cuadro que Goya pintó en 1819, la Última Comunión de San José de Calasanz,
que en la actualidad se encuentra en el Museo Calasancio de la calle
Gaztambide.
El 14 de noviembre de 1995 se produjo un incendio de cierta consideración. El
fuego dañó especialmente las crujías de la calle Hortaleza y Santa Brígida, así
como el vestíbulo y la escalera principal. Todo ello obligó al Ayuntamiento de
Madrid a realizar diferentes trabajos de mantenimiento y consolidación.
En el año 2001, se firmó un convenio con la Universidad Complutense de
Madrid para rehabilitar y transformar el edificio en residencia universitaria. Con
ese fin, se convocó un concurso restringido del que resultó ganadora la
propuesta de Joaquín Lizasoain Urcola e Ignacio Moreno Rodríguez
(Sociedad de arquitectos, ACXT). Reforma que nunca se ha llevado a cabo por
su alto coste.
Las Escuelas Pias de San Antón tienen ahora otra oportunidad. Serán
rehabilitadas íntegramente por el COAM, de acuerdo con el proyecto de
Gonzalo Moure, lo que permitirá la recuperación del conjunto arquitectónico
para el patrimonio histórico artístico de la ciudad de Madrid. En este proyecto:
Sobre un jardín, se conservarán las fachadas actuales y su interior se abrirá a
un gran patio ajardinado de más de 1.500 metros cuadrados.
Para más información:
Oficina de Prensa COAM. / Tel.: 91 781 10 30
prensacoam@cucaguixeras.com

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