En 1750 se formaliza la tercera
contrata que será la más importante asumiendo la Fábrica la conservación
y restauración de todas las tapicerías y alfombras de los Reales Sitios.
Con la guerra de la independencia se
inicia una larga etapa de decadencia en la Real Fábrica. En 1860 la Corona cede
a la familia Stuyck el uso del edificio, en régimen de alquiler, y se le
permite una actividad mercantil con particulares. Con la incorporación a la
Fábrica de encargos de personas particulares se podrá mantener a flote la Real
Fábrica, ya que los encargos reales no son suficientes y no justificaban su
existencia. A partir de este momento los tapices entran en declive, siendo
sustituidos progresivamente por las alfombras.
Con la llegada al trono de
Alfonso XII comienza una ligera recuperación, pero debido a que la vieja
fábrica no reunía las condiciones para los nuevos tiempos, en 1882 Alfonso XII
autorizó la demolición de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara para proceder
al ensanche de Madrid, ordenando la construcción de un moderno edificio
en los terrenos del Olivar y Huerta del Convento de Atocha.
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Imagen actual de la Real Fábrica de Tapices |
En los terrenos situados entre la
Plaza de Santa Bárbara, y el Paseo de
Recoletos se encontraban tres conventos
con sus respectivas huertas: Santa Teresa, las Salesas y el de Santa Bárbara. En
la actualidad solo permanece Las Salesas, pero nosotros nos detendremos
brevemente en conocer un poco la historia del convento de Santa Bárbara, pero
antes de realizar la reseña del convento del que existen pocos datos, es casi
obligatorio recordar a la Beata María Ana de Jesús que mucho tuvo que ver con
la fundación del convento.
María Ana Navarro de Guevara y Romero,
nació y falleció en Madrid, (1565-1624). María Ana vino al mundo en el seno de
una familia relacionada con los círculos cortesanos, ya que el padre era
peletero del rey Felipe
II
y posteriormente de Felipe
III
.
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Placas
que nos recuerdan a la Beata Mariana de Jesús, la primera en el
convento de Don Juan de Alarcón en la calle Valverde número 15 y la
segunda en la calle donde nació Santiago número 2 |
María Ana o Mariana como se la
conocía, desde muy joven siempre quiso profesar en una orden religiosa, a pesar
de la oposición de su padre casado en segundas nupcias y que tenía concertado
el matrimonio de Mariana con un joven de la nobleza.
Dice la leyenda que Mariana se
desfiguró el rostro con el fin de ser rechazada por su prometido. Verdad o
mentira, lo cierto es que Mariana, se retiró como penitente en el año 1598 junto a la ermita de Santa Bárbara
Pudo subsistir con la ayuda de Fray
Juan Bautista del Santísimo Sacramento, religioso mercedario y las limosnas de
gentes vecinas de la ermita. Vivió en una pequeña casa junto al convento de los mercedarios descalzos, dedicándose a la
oración y a conseguir ayuda para los más necesitados. En el año 1613 es
admitida en la Orden de la Merced.
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Imágenes de la Beata Mariana de Jesús |
Pronto comenzaron a extenderse por
Madrid las apariciones y milagros que la acompañaban, dejando escritos
describiendo las apariciones que había tenido. Fallece el 17 de abril de 1624
en el convento de los mercedarios de Santa Bárbara a los 59 años de edad.
Antes de su entierro, el cadáver fue
expuesto en público durante tres días y el pintor Vicente Carducho realizo
mascaras mortuorias de la difunta Mariana. Poco después de su fallecimiento,
dio comienzo el proceso de beatificación con gran apoyo del rey Felipe IV.
El día 31 de agosto de 1627 se abrió
su sepultura, encontrándose el cuerpo incorrupto y los músculos flexibles y
desprendiendo un aroma muy agradable. El rostro se encontraba desfigurado, no
se sabe si fue consecuencia de la realización de las máscaras mortuorias o de
la leyenda de su desfiguración voluntaria. Los restos de Mariana, se volvieron
a exhumar en los años, en 1731, 1924 y 1965 comprobándose que el cuerpo permanecía
incorrupto.
En 1783 el Papa Pío VI la declaró
beata y el Ayuntamiento de Madrid la coronó como Patrona de Madrid.
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En
la maqueta de León Gil de 1830, podemos observar señalizado en rojo el
convento de Santa Bárbara, en amarillo el matadero y posterior carcel
del Saladero, la estrella azul nos indica el lugar donde se contruiría
el palacio del conde de Villagonzalo en 1862 y la estrella naranja
indica el lugar donde se construyó el primer palacio del marqués de
Ustáriz en el Siglo XVIII |
El cuerpo incorrupto de la beata fue
depositado en el convento de Santa Barbará, hasta la desamortización de Mendizábal
en 1836 año en que fue trasladado a la
iglesia del Convento de Don Juan de Alarcón de Madrid situado en la calle Valverde nº 15. El sepulcro donde
reposan sus restos fue donado por la
reina Isabel II. Su festividad se celebra el día 17 de abril.
Volviendo al convento de Santa Bárbara,
el mismo fue fundado en el año 1606 por Fray Juan Bautista del Santísimo
Sacramento en los terrenos que ocupaba la vieja ermita que a su vez era
propiedad de los tratantes de la antigua plaza de Santa Bárbara. Fray Juan
Bautista adquirió la propiedad con la ayuda de Francisco Martínez, Secretario
del Concejo. Los trabajos de la iglesia y convento finalizaron en el año 1622.
Actual Plaza de Santa Bárbara |
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La iglesia fue destruida durante la
invasión napoleónica y reconstruida posteriormente durante el reinado de
Fernando VII. Después de la desamortización, el convento fue adjudicado en
pública subasta a José Bonaplata para establecer en él una fábrica de
fundición. Otras fuentes indican que a Bonaplata, le fueron adjudicados los
terrenos del antiguo monasterio, en compensación por la pérdida de su fábrica de
hilados y tejidos de Barcelona incendiada por los huelguistas de la fábrica en los
enfrentamientos de 1835. La Fundición
llegó a contar con más de 80 obreros, dedicados a la fabricación de máquinas de
vapor, prensas, faroles, balcones y una gran variedad de productos metalúrgicos.
En el año 1861, la viuda de Bonaplata
vendió el terreno a la Sociedad de Crédito Inmobiliario que realizó un nuevo
trazado de la zona similar al que podemos contemplar en la actualidad, bajo las
directrices del Plan Castro.
En el año 1864 se reabre la Fábrica en
la calle de Santa Engracia esquina con García de Paredes donde permaneció hasta
principios del Siglo XX, construyendo ascensores de la firma Otis.
Toda la zona de Santa
Barbará era un arrabal de gentes humildes y muchos de ellos se dedicaban a la cría
de cerdos como medio de subsistencia, motivo que llevó a las autoridades a construir
un matadero frente al convento de Santa Bárbara.
El matadero comenzó sus actividades en el año 1768 funcionando también como
saladero de los productos del cerdo. El edificio en estilo dieciochesco, disponía
de tres pisos, con una bella fachada aunque
de líneas sencillas. La planta baja era utilizada para las labores propias del matadero y en las dos
plantas restantes se ubicaban las oficinas y las viviendas de los operarios. La
superficie aproximada del matadero era de 73408 pies (un metro cuadrado
equivale a 10,76 pies).
Su construcción se
atribuye a Ventura Rodríguez que por aquel entonces era arquitecto de la corte,
en unos terrenos vendidos por el Duque de Arcos.
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Imagen del antiguo Saladero de Santa Bárbara antes de convertirse en cárcel |
Motivado por una epidemia de
tifus en las cárceles de la Villa especialmente en la cárcel de Santa Cruz
(actual Ministerio de Asuntos Exteriores) en el año 1931, los responsables del Consistorio,
se dirigen a la Casa Real para solicitar el traslado de los presos a otro lugar
y de esta forma impedir el contagio del personal de la Villa. Aceptada la
propuesta, los presos son trasladados al antiguo matadero que pasará a
denominarse cárcel del Saladero, considerándose que el edificio reunía las
condiciones adecuadas máxime por encontrarse a las afueras de la ciudad.
El aspecto del Saladero,
nada tenía que ver con una cárcel, ya que no disponía de protecciones
exteriores, únicamente se podían contemplar las verjas en las ventanas.
Provisionalmente se instaló una cerca de alambres para evitar la evasión de los
presos y con el tiempo se fueron instalando algunos locutorios para las
visitas. Pese a las reformas introducidas el Saladero, no reunía las debidas
condiciones de salud tanto para presos como para vecindario.
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Plaza de Santa Bárbara, los edificios del fondo ocupan el espacio donde estuvo el convento de Santa Bárbara |
En la cárcel, en un espacio
separado de los adultos, se encontraban recluidos los delincuentes menores de
edad llamados “micos”, pero al igual que el resto de presos tenían que vivir en
condiciones lamentables con mucha humedad y frió amen de tener que mantenerse
con poca y mala calidad de la comida.
Como en todos los recintos
carcelarios, si disponías de algún dinero, podías alquilar una habitación un
poco más decente. Existía la zona del Salón para presos distinguidos y el resto
de reclusos vivían en los sótanos.
Dadas las condiciones de
insalubridad del recinto, los empleados de la cárcel vivían fuera del recinto.
En esta cárcel estuvieron
encerrados personajes ilustres como el famoso Luis Candelas, políticos como Nicolás
Salmerón o Fernando Garrido, el cura Merino, o el abogado Salustiano Olózaga.
El Saladero dejó de ser
cárcel en el año 1884, cuando los presos fueron trasladados a la nueva Cárcel
Modelo de la Moncloa y en cuyos terrenos se encuentra el actual Cuartel General del Ejército del Aire.
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Cárcel Modelo de Moncloa (1884-1939) |
Un año después, el Saladero fue derribado y en su lugar se
construyó en el año 1920 el palacio de los
condes de Guevara. El edificio de tres
plantas y bajo, fue levantado por el arquitecto Joaquín Pla Laporta en estilo
neobarroco, destacando los torreones, las rejerías, y las balconadas.
El palacio de los Guevara fue
expropiado en 1939 con el fin de albergar distintas instituciones bancarias que fueron cambiando a lo largo del Siglo XX,
hasta que en 1999 pasa a formar parte de BBVA.
En el año 2006 se realizó una
remodelación para adecuarlo a las necesidades requeridas por el Centro de Innovación que hoy conocemos. Por
suerte en la remodelación se respetaron las fachadas y los elementos estructurales que
nos permiten disfrutar en la actualidad de un espléndido edificio.
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Palacio de los condes de Guevara actual BBVA |
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Entrada al Centro de Innovación del BBVA |
En la plaza de Santa
Bárbara, podemos contemplar un magnífico edificio delimitado por las calles de
Hortaleza, Mejía Lequeríca, San Mateo y la propia Plaza de Santa Bárbara.
Cuando levantas la vista del suelo, lo primero que destaca poderosamente son
sus aleros realizados en madera. Se trata del palacio del conde de
Villagonzalo.
Aprovechando la ordenación
urbana de toda la zona de las Salesas, entre los años 1862 y 1866, el conde de
Villagonzalo mando edificar este edificio como residencia personal. El
arquitecto encargado de las obras fue Juan de Madrazo y Kunt en estilo
racionalista y neogótico que trataba de imponer el arquitecto francés
Viollet-le-Duc. En resumen, Kunt trato de
recuperar una estética centroeuropea de origen medieval destacando el ladrillo,
la piedra tallada, las rejas, los miradores y los aleros en madera tallada.
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Detalles de los aleros del palacio del conde de Villagonzalo |
El edificio es de planta trapezoidal, adaptado a la forma de
la parcela, el palacio está organizado alrededor de un pequeño patio central
también de forma trapezoidal. Debido a la diferencia de nivel entre Santa
Bárbara y Mejía Lequeríca, el edificio dispone de una planta baja en Mejía Lequeríca
que en la actualidad está ocupada por una ferretería con mucha solera. El
palacio sufrió dos reformas en los años 1916 y 1932.
Actualmente el palacio no
está habitado, alquilándose para determinados eventos, como bodas, presentaciones y actos publicitarios.
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Palacio del conde de Villagonzalo en la plaza de Santa Bárbara |
En este palacio vivió doña
María Luisa Maldonado y Salabert hija
del séptimo conde de Villagonzalo, que era la propietaria del Humilladero
situado en la calle de Fuencarral número 44, haciendo esquina con Augusto Figueroa. María Luisa falleció el 11 de mayo
de 1947, en su testamento, cedió el Humilladero a la parroquia de San Ildefonso
que en la actualidad se encarga de su mantenimiento. El Humilladero de Nuestra
Señora de la Soledad construido en 1712 por el marqués de Navahermosa,
consistía en un arco con el lienzo de Nuestra Señora de la Soledad. Posteriormente
el arco quedó cubierto por un tejadillo y por último se cerró el Humilladero
quedando una pequeña capilla fabricada en ladrillo como la podemos contemplar
en la actualidad. La capilla no tiene culto al público, como curiosidad diremos
que hace no muchos años se celebraban algunas misas, con los fieles asistiendo
desde las aceras, pero en la actualidad ya se han suprimido.
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Humilladero de Nuestra Señora de la Soledad en la calle Fuencarral número 44 |
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Miradores del palacio del conde de Villagonzalo vistos desde la calle Hortaleza |
Junto a la plaza de Santa Bárbara,
en concreto delimitado por las calles: San Mateo, Mejía Lequeríca, Beneficencia
y Serrano Anguita, podemos observar un viejo caserón que se encuentra en fase
de rehabilitación. Nada llama la atención del paseante salvo que te preguntes
la razón por la que un edificio en ruinas se encuentre semi abandonado, ocupando
una gran parcela en pleno centro de Madrid.
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Palacio de Ustáriz en proceso de remodelación |
Esta fue la razón que me
llevo a investigar la historia del edificio, descubriendo que era propiedad de Don Casimiro Manuel de Ustáriz y Azuara, Marqués de Ustáriz. En un principio, a la casona se la conocía como palacio del marqués de Ustáriz y que
algunas fuentes lo denominan palacio de los condes de Villagonzalo,
curiosamente, frente al palacio del marqués de Ustáriz y delimitando con la plaza de Santa Bárbara existe
otro palacio propiedad de los condes de
Villagonzalo y que al parecer perteneció también al marqués de Ustáriz.
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Detalles de la decoración del viejo palacio de Ustáriz |
En el año 1748, los
inmuebles situados en la parcela nº 336 de la Planimetría General de Madrid y
que pertenecían a la marquesa de Serra, pasaron judicialmente en proceso
testamentario al I Marqués de Ustáriz como principal acreedor de la Marquesa.
El marqués de Ustáriz
levantó un nuevo edificio en forma de U bajo la supervisión del arquitecto José
Pérez. El edificio principal de tres alturas delimita con la calle San Mateo,
el resto de edificaciones se destinaban a la servidumbre y caballerizas. En
cuanto a la arquitectura solo cabe destacar el edificio principal cuya fachada
se encuentra realizada en ladrillo, decorada con columnas, destacado el escudo
en la parte superior del balcón, el resto de edificaciones que conforman la U,
solo disponen de dos alturas, la entrada a las caballerizas se realizaba por la
calle de la Beneficencia.
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Fachada del palacio de Ustáriz en la calle de San Mateo, con los detalles de la decoración simulando columnas |
Años más tarde, todavía en
el Siglo XVIII, el palacio pasa a ser propiedad de Vicente Maldonado Rodríguez
de las Varillas, III conde de Villagonzalo.
En 1878, se realizaron
reformas en el palacio afectando a la fachada principal de la calle de San Mateo y a las cocheras en la calle Mejía
Lequeríca. Las obras fueron ejecutadas por el maestro Antonio Mayo.
En el registro municipal,
figura el edificio de la calle San Mateo con el nombre de Palacio de
Villagonzalo, es por esta razón por la que los dos palacios con el mismo nombre, nos pueden llevar a la confusión.
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Plaza de Santa Bárbara, la estrella azul señala el palacio de Villagonzalo y la estrella roja señaliza el palacio de Ustáriz |
En el año 2002 los
herederos del conde de Villagonzalo, venden el inmueble a la sociedad
inmobiliaria Palacio de Villagonzalo S.L. con el fin de transformarlo en un
hotel de lujo. Aunque las obras dieron comienzo, desde el 2007 se encuentran
parcialmente suspendidas por un proceso judicial abierto.
El edificio está inmerso
en un proceso judicial derivado de la operación Malaya que afecta especialmente
a Marbella. El Ayuntamiento de Madrid concedió licencia de demolición del
palacio en septiembre del año 2003, en
contra de los estudios realizados por el Plan General Urbano de Madrid, que
exigía la tramitación de un Plan Especial a la Empresa Promotora Palacio de
Villagonzalo S.L.
Por suerte el derribo no
se llevó a efecto y la empresa propietaria del edificio solicito licencia de
rehabilitación
con el fin de convertir el viejo palacio en un hotel de lujo. La
licencia fue concedida en Diciembre de 2005
El Plan General de
Ordenación Urbana de Madrid considera que el antiguo palacio del marqués de Ustáriz y posteriormente palacio del conde de
Villagonzalo, por los elementos decorativos que incorpora en su interior,
cualquier reforma tiene que ir encaminada a la protección tanto del edificio
como del jardín y el contenido del antiguo palacio.
La fachada de la calle Mejia Lequeríca ha desaparecido con las obras, existiendo en su lugar una valla de obra.
En el número 1 de la calle
Mejía Lequeríca, justo frente al palacio de Villagonzalo, se encuentra un bonito
edificio adornado con reptiles en su parte superior, por cuyo motivo el edifico
es denominado la Casa de los Lagartos.
El edificio fue proyectado
en el año 1911 por el arquitecto Benito González del Valle, destinado a
viviendas en alquiler. El edifico está construido en una curiosa parcela cuyas
medidas aproximadas son cinco metros de fondo por unos 55 metros de fachada.
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Casa de los Lagartos, las flechas nos indican la poca profundidad del edificio |
Debido al poco fondo del
edificio, cada planta se corresponde con
una sola vivienda y cuyas dimensiones se ajustan a las del edifico, con un
largo pasillo que recorre todas las habitaciones, ya que estas se orientan al
exterior al igual que las cocinas y baños. En la última reforma efectuada, la
mayor parte de las plantas han sido
divididas en dos viviendas por planta.
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Detalle de los lagartos trepando |
La Casa de los Lagartos es
uno de los mejores ejemplos de la
influencia del estilo de la arquitectura austríaca en Madrid, imitando las
grandes edificaciones de la Viena de comienzos del Siglo XX.
La casa no deja
indiferente a nadie cuando se observan los lagartos trepando hacia la cornisa como queriendo subir al tejado..
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Decoración de la Casa de los Lagartos |
En la última remodelación
efectuada se ha recuperado la fachada con elementos decorativos como cenefas y
lambrequines que enmarcan los huecos de las ventanas.
Para terminar nuestro
recorrido por la plaza de Santa Bárbara, podemos acercarnos al quiosco situado
en el centro de la plaza y poder adquirir algún libro sobre Madrid a precios
muy asequibles, o comprar unas flores para cualquier regalo que tengamos
pendiente.
Se trata de un pequeño
quiosco que se instaló después de la última remodelación de la plaza. El
quiosco actual sustituye al antiguo quiosco construido por el arquitecto Manuel
Valcorba en la década de los 40 del pasado siglo y que en sus bajos disponía de
servicios públicos.
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Antiguo quiosco en la plaza de Santa Bárbara |
Frente al quiosco, en el
lugar que se levantó el convento de Santa Bárbara, se encuentra una de las
cervecerías con más solera de Madrid, se trata de la cervecería de Santa
Bárbara.
Recopilando datos de la
propia cervecería, queremos realizar un breve recorrido por la historia de esta
emblemática cervecería.
En el año 1815 el Conde de
Moctezuma de Tula y de Tultengo otorgó la licencia para establecer la fábrica
de cerveza Santa Bárbara en la calle Hortaleza, nº 2.
La denominación del condado, hace referencia
al monarca azteca Moctezuma y fue otorgado por Felipe IV en 1627,
posteriormente, cambió la denominación por condado de Moctezuma de Tultengo, otorgado
por Carlos II y posteriormente Carlos III le concedió la Grandeza de España en
el año 1766.
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Cervecería Santa Bárbara con la fachada en obras |
En 1966, quedó abierta la
cervecería Santa Bárbara en la plaza del mismo nombre. En la cervecería
Santa Bárbara presumen de tirar la mejor cerveza de Madrid debido a la
experiencia adquirida a lo largo de casi 200 años. El secreto es elegir
una
cerveza de calidad y Santa Bárbara elige la cerveza Mahou. Una vez
elegida la cerveza, el secreto está en
el tratamiento de la misma como la temperatura, la presión, vasos solo
para cerveza
y lavados a mano.
Literalmente, el sistema
de tirar la cerveza en Santa Bárbara se resume en los siguientes puntos:
1- Antes de empezar, humedecer el vaso para conseguir la temperatura
ideal.
2- Aproximar el vaso ligeramente inclinado al caño del grifo. Abrir
el grifo completamente y dejar deslizar la cerveza por la pared del vaso, llenándolo
hasta tres centímetros por debajo del borde.
3- Dejar reposar unos instantes hasta que desaparezca la espuma.
4- Con el grifo en posición del mango a 45 grados provocar una corona
compacta de espuma hasta el borde de la copa.
5- Servir entre 2 y 4 grados para disfrutar de la cerveza.
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Cervecería de Santa Bárbara, imagen propiedad de la cervecería |
Como curiosidad decir que D.
Benito Pérez Galdós en los Episodios Nacionales, ya nombraba la cerveza de Santa
Bárbara: "... su almuerzo, el cual,
según después observé, era el mismo todos los días. En la propia mesa de su
despacho le sirvieron una chuleta con patatas, una ración de queso Gruyère y un
vaso de cerveza de Santa Bárbara. Cuando vino el mozo del café a recoger el
servicio, don Francisco le pagó de su bolsillo, y seguimos trabajando."
Para terminar nuestro recorrido, solo desearos que disfrutéis de la cerveza y el aperitivo en Santa Bárbara.