martes, 7 de enero de 2014

Cárcel del Saladero

Bandidos en la Cárcel del Saladero

En 1831 los madrileños proscritos dejaron de «dormir bajo el ángel» -dicho castizo que hacía alusión al ángel de la cornisa del Palacio de Santa Cruz, antaño Cárcel de Corte-. Fue el momento en que

ABC Hemeroteca > 17/08/2007 > 

En 1831 los madrileños proscritos dejaron de «dormir bajo el ángel» -dicho castizo que hacía alusión al ángel de la cornisa del Palacio de Santa Cruz, antaño Cárcel de Corte-. Fue el momento en que un antiguo saladero de tocino cambia su uso para convertirse en la tétrica Cárcel del Saladero.
Seguramente el hecho de una peligrosa epidemia que se propagó por la Cárcel de Corte -y que los funcionarios temían se extendiera fuera de las rejas- provocó este cambio, en un principio provisional hasta la construcción de un «Presidio o Casa para los forzados y una Casa de corrección».


«Estrechos corredores»
Los libros de arquitectura recuerdan las trazas de este edificio, primero cárcel y luego correccional para jóvenes. Situado frente al también desaparecido convento de Santa Bárbara -casi en las afueras de la ciudad-, fue construido por Ventura Rodríguez en 1768 como casa para la matanza de cerdos, saladero y provisión de tocino. Por tanto, era un gran caserón típicamente dieciochesco, de tres pisos y con una fachada de ejecución sencilla, pero bella. Sin embargo, Ángel Fernandez de los Ríos, en su «Guía de Madrid» publicada en 1876, recuerda que era «un edificio lóbrego, oscuro, tenebroso, de estrechos corredores e inconvenientes habitaciones, donde viven confundidos los acusados de delitos leves con sospechosos de los crímenes más atroces; los sentenciados y rematados en espera de ir a su destino, con los que todavía tienen en sumario su proceso; los jóvenes que apenas han puesto el pie en la senda del vicio, con los más endurecidos criminales».

Por ello, sus lúgubres celdas acogieron a presos como los bandoleros Luis Candelas o Francisco de Villena, más conocido como Paco «el Sastre»; a políticos como Nicolás Salmerón o Fernando Garrido; al cura Merino. al abogado Salustiano Olózaga...
Derribada

Cumplió su función penitenciaria hasta mediados de 1884, fecha en que fue sustituida por la Cárcel Modelo, en la plaza de la Moncloa. Un año después, en 1885, fue derribada para construir sobre el solar el palacio de la marquesa de Guevara, en la actualidad ocupado por un Banco.
Pero volvamos a esta prisión, una de las más conocidas de la época. No sólo las numerosas fugas de reos y sus talleres de falsificación de billetes convirtieron a la Cárcel del Saladero en una institución famosa. También la confusión de edades y criminalidad, las conspiraciones continuas, las estafas y las luchas entre presos y contra los guardias llenaron numerosas páginas en sumarios judiciales. Recordemos ahora a algunos de los prisioneros más famosos que dieron con sus huesos en sus celdas.
Luis Candelas y el cura Merino.

Por ejemplo, el famoso Luis Candelas Cagigal, que entró por primera vez en la cárcel a los 21 años. Como en la actualidad, todo reo debía ser fichado al entrar y en el caso de nuestro famoso bandolero, se anota en sus datos ladrón «espadista» y «tomador del dos». Lo demás ya es historia conocida...
Seguimos ahora con un religioso, el famoso cura Merino que terminó sus días ejecutado en el Campo de los Guardias. Este singular personaje atentó con un puñal contra Isabel II en una galería del Palacio Real cuando se dirigía a la presentación de su hija la Infanta Isabel hacia la Basílica de Atocha. La historia se ha encargado de recordar que este suceso no tuvo mayores consecuencias gracias a las ballenas del corsé que lucía la reina. Aunque tras el juicio se demostró que el cura no tenía cómplices y que estaba trastornado mentalmente, finalmente fue ejecutado.
Seguimos ahora con otro bandido, también amigo de Luis Candelas -fue su segundo lugarteniente- y que compartió fechorías con la banda de Mariano Balseiro. Hablamos de Francisco de Villena, más conocido como Paco «el Sastre», cabecilla de una banda que campaba a sus anchas en la Pedriza allá por 1840.

Este madrileño fue detenido el 5 de enero de 1838 e internado en la cárcel del Saladero, de donde se fugó un año más tarde con su socio Balseiro, también preso allí. El motivo de su arresto no fue otro que el secuestro de dos hijos del rico Marqués de Gaviria, intendente del Palacio Real. Manuel y Paco, que así se llamaban los niños, seguían sus estudios en las Escuelas Pías de la calle de Hortaleza.
Secuestro y rescate.

Como regularmente pasaban los fines de semana en una finca familiar de Valdemoro, una tarde, un falso criado en coche de caballos reclamó a los dos niños para su traslado, cumpliendo -decía- los deseos del marqués. Sin embargo, el fin no era otro que el secuestro para pedir después un rescate -tres mil onzas de oro, dicen las crónicas-.

Pero el padre prior, que habitualmente salía a despedirlos, se dio cuenta de que el carruaje no era el del intendente ni el cochero tomaba la dirección correcta -en realidad tomaban camino hacia el campamento del bandido en La Pedriza-. Se puso en contacto con el padre y pronto se organizó una batida por los alrededores, por lo que los ladrones abandonaron a los niños a su suerte.
Pocos días después, Paco «el Sastre» y su socio Balseiro fueron descubiertos casualmente en las proximidades del Rastro y detenidos después de una persecución espectacular por las calles aledañas.
Finalmente, el 20 de julio de 1839, a las once y media de la mañana, fue ejecutado el primero de ellos en un patíbulo levantado en el paseo de Pontones, cerca de la Puerta de Toledo. Media hora antes ya había dejado de respirar su socio.




Situación: Plaza de Santa Bárbara c/v a Sagasta
Otros nombres: Saladero de tocino
Autor/es: Ventura Rodríguez
Fecha de construcción: 1768
Destino actual: Desaparecido

El edificio fue construido por Ventura Rodríguez en 1768 frente al convento de Santa Bárbara destinado a matadero de cerdos y saladero de tocino. En la planta superior estaban las habitaciones de los dependientes. Desde principios del siglo XIX hasta 1884 se destinó a prisión instalándose aquí la cárcel de la Villa, la de la Corte y la de jóvenes constituyendo el primer establecimiento penitenciario de Madrid. El edificio se derribó hacia 1887 y, en su lugar, se construyó en 1920 el palacio de la condesa de Guevara, ocupado en la actualidad por el Banco del Crédito a la Construcción.

Ventura Rodríguez, por Francisco de Goya (1784).NationalmuseumEstocolmoSuecia.

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